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Fue una hacienda cafetalera en el siglo XVIII y uno de los lugares donde se impartieron las primeras lecciones de música en Caracas.
En 1783 se funda La Floresta en los terrenos de lo que fue la hacienda Santa Ana, para iniciar la producción del café en la capital de la entonces Capitanía General de Venezuela, y seguir el ejemplo de las colonias francesas de Haití, Martinica y Cayena. La producción cafetalera, que pronto pasó a convertirse en el sostén de la región, se desarrolló en esta propiedad, y en las haciendas Blandín y San Felipe, situadas en los sitios vecinos. La hacienda La Floresta permanece dedicada a la actividad cafetalera hasta 1944, período durante el cual tuvo diferentes dueños. En 1915 es adquirida por la familia Sosa, quienes fueron sus propietarios hasta 1988, año en que fue reconstruida por Petróleos de Venezuela con el fin de abrir un lugar para la promoción y difusión de tres disciplinas importantes en el desarrollo de las sociedades modernas: el diseño gráfico, el diseño industrial y la fotografía. En 1988 comienzan los trabajos de restauración de la edificación y los jardines, con la asesoría de la Fundación para el Rescate y Conservación de Inmuebles, Localidades y Bienes de Valor Histórico Religioso y Cultural (Funreco). Bajo la dirección del arquitecto Ramón Paolini se elaboró el proyecto y se ejecutó la recuperación, conservación e intervención en aquellos lugares que lo necesitaban.
La labor comprendió la recreación de la casona cafetalera en las áreas que ocupaban las habitaciones, además del rescate de los pasillos anexos, el patio de las caballerizas y la antigua cocina. Se acondicionaron áreas como el tanque de lavado y el patio de secado del café, el galpón donde se almacenaban los granos, el salón donde eran trillados y los jardines que rodeaban la casa. Aún se mantienen restos de muros y pisos originales de la hacienda, y en algunas columnas y paredes se observa el rojo puro del almagre, resultado de una mezcla de tinturas con sangre de toro.
El centro es un lugar armónico que combina el pasado con lo actual en un proyecto que involucró a arquitectos, ingenieros y especialistas en conservación durante siete años, hasta 1995, fecha en que el lugar fue abierto al público.
DISEÑO Y FOTOGRAFIA. La misión del Centro de Arte La Estancia ha sido promover el diseño y la fotografía, con orientación hacia especialistas y público en general, y estimular actividades que generen vínculos entre la industria, la tecnología, la cultura y la comunidad.
En el transcurso de los últimos cuatro años, no menos de 35 exposiciones han sido presentadas en las salas del centro. Para lo que resta del año 2001 están confirmadas las muestras «100 Años de Juguetes», «Verdi y su tiempo», «Retrospectiva de Tapio Wirkkala» y dos interesantes propuestas de fotografía canadiense e israelí.
Desde su apertura en 1995, el público ha tenido acceso al Centro de Información La Estancia (CILE), que ofrece servicios de documentación y consulta de libros, catálogos, folletos y publicaciones especializadas en diseño y fotografía. Además, el CILE permite el acceso a diferentes bases de datos sobre las áreas mencionadas y es integrante de la Red Corporativa de Información de la Industria Petrolera y Petroquímica (Rippet).
OASIS EN EL CONCRETO. A la par del trabajo de reconstrucción y en el marco de la campaña conservacionista «Cuidar es Querer» de Petróleos de Venezuela, se rescató el jardín de 30.000 metros cuadrados en el que conviven 120 especies botánicas catalogadas. Árboles inmensos, algunos incluso de 200 años de edad, dan sombra a especies recién sembradas que conforman este oasis de la ciudad. En ese escenario se desarrollan actividades como el Programa Histórico Ambiental de Visitas Guiadas, mediante el cual el visitante conoce la historia de la casa y recorre sus áreas verdes.
El Centro de Arte La Estancia reserva los primeros domingos de cada mes a los pequeños, con el programa «La Estancia invita a los niños». Asimismo, en los meses de agosto y septiembre, se organizan planes vacacionales dirigidos a pequeños, jóvenes y adolescentes.
La historia de La Estancia está íntimamente relacionada con la música, pues el Padre Sojo, uno de sus primeros y más notables moradores, reunía allí a aficionados, estudiosos y académicos en animadas tertulias. Esta habitual práctica la convirtió en un importante núcleo de la música académica de aquellos tiempos, que a la postre culminaría con la creación de la famosa Escuela de Chacao. Para continuar con esa tradición, el Centro de Arte La Estancia realiza conciertos todos los fines de semana, dando cabida a la presentación de nuevas agrupaciones musicales profesionales.
Entre los eventos musicales más relevantes previstos para este año se cuentan el concierto especial que marcará la apertura de la exposición iconográfica de Giuseppe Verdi, el 2 de septiembre, con orquesta, solistas y música del insigne maestro; el tradicional Caracas Pop Festival con la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, también en septiembre; y en octubre el festival «Jazz en La Estancia 2001» con destacados artistas de este género musical.
Con la creciente demanda de actividades, la estrategia de la institución se ha orientado hacia la consolidación de modelos de cooperación por medio de la búsqueda de patrocinio. Cada una de las empresas e instituciones aliadas con La Estancia se ha unido al proyecto.